EL PESO DEL OLVIDO
"El olvido está lleno de memoria", escribe Mario Benedetti. Y aunque parezca mentira -y sobre todo no queramos admitirlo-, las vivencias que más nos empeñamos en alejar del presente son aquellas que más determinan nuestro día a día. Estos olvidos tiñen cada situación de un color, sin que seamos capaces de percibir otros matices. Son estos olvidos los que doblan nuestra espalda, cargan nuestros hombros, se posan en cada arruga del rostro y crean la mirada que ofrecemos al mundo. Lo que uno más lucha por hundir es lo que más emerge en la superficie. Y como un iceberg avanzamos a pesar del lastre sobre aguas densas y turbias. Me gusta la gente que intenta iluminar la oscuridad de estos olvidos, que desearía verlos de frente, vaciar el océano de agua para descubrir todo lo que el iceberg esconde. Tengo la fantasía de que entonces uno camina más ligero y que el olvido se convierte en historia y conforma una identidad.
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