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Mostrando entradas de 2013

SARA EN NADIE ME ENTIENDE

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"A veces parece que hay una caprichosa mano invisible empeñada en borrar el mundo de certezas que conoces, y eso nos asusta y nos enfada. Nos quejamos, pero es una queja inútil, porque la mano no nos escucha. Nuestra queja es igual que la de aquellos árboles que se empeñan en detener el viento que sopla sobre ellos. Tal vez si miramos de frente esa poderosa mano comprenderemos que nos está señalando otro camino y que depende de nosotros recorrerlo con una u otra actitud. ¿Existiría la cenicienta sin su cruel madrastra? ¿Qué sería del cuento de los tres cerditos sin un lobo feroz? ¿Habría un héroe sin una aventura que superar o un obstáculo a vencer? Tal vez el progreso de la humanidad requiere que cada uno ocupe un papel en esta comedia, una obra en la que todos somos hermanos y compartimos un origen y un destino. El amor que sirve a la vida no entiende de condiciones ni se rige por las reglas que nosotros entendemos. Incluso es probable que lo que menos le importe a

ABRAZANDO LA NADA

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"La gente tiene miedo de no ser nada. Pero no ser nada es sólo un aspecto de ellos. No sólo no es algo que temer, sino que es una razón a celebrar. Sin tu historia estresante, no existe estrés, ¡obviamente! Cuando no crees en tus pensamientos, sólo queda risa y paz. Y ¿cómo puede la gente saber lo que es la nada, mientras siga creyéndose lo que piensa? "Algo es mejor que nada", ¿puedes saber que es verdad con absoluta certeza?", pregunta Byron Katie.  No sé lo que sé exactamente lo que es la nada -porque estoy llena de pensamientos y me dejo llevar por ellos-, pero sé cómo me aferro al dolor por miedo al vacío. Este miedo al vacío que lleva a hacer y a hacer más sin sentido, sin satisfacción; un miedo que nos hacer huir y correr tras un objetivo y después tras otro y después tras el siguiente. ¡Qué difícil resulta encontrar el valor de no seguir en el automático y tomar otro camino, dejar de controlar, soltar amarras y lastre, abandonar la mente, aband

CUANDO ALGO NOS DUELE EN LA VIDA...

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La pérdida de un ser querido -y a veces las pérdidas en general- desencadenan una cascada de emociones que unas veces nos atrevemos a vivir y otras no tanto.  El ser humano tiene cinco emociones básicas: alegria, rabia, amor, tristeza, miedo.   Cada emoción suele localizarse en una zona del cuerpo. Así, si no nos damos permiso para expresarlas, es fácil que en el proceso de superación de la  pérdida aparezcan dolores en el cuerpo. Surgen dolores fuertes de espalda, fatiga, fibromialgias...  Es importante validar cada una de las distintas emociones que irán apareciendo y darse un espacio para su expresión, sólo así podamos traspasarlas realmente. Otras de las grandes dificultades ante las cuales nos topamos es la dificultad de aceptar que durante un periodo de tiempo no podemos conseguir ser productivos. Es algo que esta sociedad no facilita. Nuestra sociedad, soberbia, amante del control y enemiga de la vulnerabilidad vive de espaladas a la muerte, a la enfermedad, a la ve

LA HISTORIA DE KISAGOTAMI

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 KISAGOTAMI EN "NADIE ME ENTIENDE"  (Ed. Luciérnaga) En tiempos de Buda murió el único hijo de una mujer llamada Kisagotami. Kisagotami no podía soportar la idea de no volver a verlo. La mujer dejó el cadáver de su hijo en la cama y le lloró durante muchos días implorando a los dioses morir a su vez. Como no encontraba consuelo, empezó a correr de una persona a otra en busca de una medicina que la ayudara a seguir viviendo sin su hijo o, de lo contrario, a morir con él. Le dijeron que Buda la tenía. Kisgotami fue a ver a Buda. Le rindió homenaje y le preguntó: –¿Puedes preparar una medicina que mate este dolor o que me mate para no sentirlo? –Conozco esta medicina. Pero para prepararla necesito ciertos ingredientes. –¿Qué ingredientes? –preguntó la mujer. –El más importante es un vaso de vino casero –dijo Buda. –Te lo traigo ahora mismo –dijo Kisagotami. Pero antes de que ella desapareciera por la puerta, Buda añadió:   –Espera, mujer. Neces

LA IMPERFECCION DE LA VIDA

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Un fragmento de la novela "Nadie me entiende" (Ed. Luciérnaga) Tal vez la muerte hace la vida más imperfecta, pero la búsqueda de la perfección en la vida, en uno mismo y en los demás oculta un ideal de superioridad y omnipotencia que favorece la insatisfacción. Somos humamos, y esto significa que no todo depende de nosotros ni está en nuestras manos. Cuando se renuncia con humildad a lo perfecto, entonces es posible acoger la grandeza de lo pequeño y entregarse con más fuerza al placer de vivir. La vida es un proceso continuo de aceptaciones y un diálogo permanente con la realidad. Se puede optar por luchar y tratar de imponerse a ella o navegar por ella sonriendo ante lo que trae, doblegarse ante su misterio y su incomensurabilidad, aprendiendo a ver la muerte como un misterio ante el cual nada podemos, siendo discípulos, en lugar de víctimas o inquisidores, de un gran universo que tal vez tenga un propósito específico. Como dice Hermann Hesse en Demián

NADIE ME ENTIENDE

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La portada de la novela "Nadie me entiende" Ed. Luciérnaga  La muerte siempre nos sorprende. De la manera más inesperada te hace abrir los ojos a un mundo que de repente desconoces. Te despiertas tras el shock y contemplas los problemas, las personas, la vida, con unos nuevos ojos. De repente te das cuenta que estás en una sociedad que vive de espaldas a la muerte, como si no fuera algo que formara parte de la existencia de todos. Todos tienen prisa por dejarla atrás. Van a un entierro con ganas de salir corriendo lo antes posible. Quieren escapar de la muerte y de lo que supone pensar en ella.  Y quien está ante ella se siente tan vulnerable, y a la vez tan solo, que no puede ni permitirse llorar acompañado. Hoy en día no tenemos permiso para morir. Morir se asocia al fracaso. Tampoco la sociedad permite mostrar el dolor por la pérdida de un ser querido. Recuerdo que al poco de morir mi hijo David, yo caminaba por la calle como un zombie, es verdad, pero aun así m

VOLVER AL CUERPO

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Creemos que podemos controlarlo todo con la mente y desde esta atalaya contemplamos el mundo sin darnos cuenta de que en lugar de ganar perspectiva estamos creando una jaula cada día más laberíntica. Nos limitamos a vivir de cabeza para arriba, relegando sensaciones, emociones e impulsos que perturban nuestra idea preconcebida del mundo y de la vida. Olvidamos que ante todo somos cuerpo y que todo lo que vivimos sucede, se experimenta y queda registrado en cada una de las células que nos constituyen. Somos animales naturales e instintivos y al renegar de ello perdemos conexión con el origen de la vida. La mente no es un dios que soluciona nuestros problemas, es el cuerpo el que siempre nos acaba salvando de nosotros mismos, el que nos devuelve al presente y el que expresa de una manera u otra nuestra auténtica verdad: la falta de deseo ante una pareja, nuestra fatiga ante una persona o una situación, nuestra mala digestión después de un conflicto, nuestra tortícolis cuando no quer

LA MENTE, ¿ALIADA O ENEMIGO?

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La mente no siempre es nuestra aliada. I ncluso más a menudo de lo que somos capaces de discernir, la mente nos engaña y tiñe la realidad de un sólo color y no nos deja percibir más allá, tan estrechos y repetitivos son los caminos que abren nuestros pensamientos. Entonces, ¿tenemos que dudar de lo que nos dicen nuestros pensamientos? Sin duda. Una guía que nos puede servir para aprender a conducir este coche desbocado que es nuestra cabeza es discernir entre aquellos pensamientos que nos conducen a la acción o a algo útil de aquellos que sólo consideran las limitaciones y nos remiten a lo perdido. En estos casos cabe plantearse: ¿Lo que estoy pensando es completamente cierto? ¿Estoy plenamente seguro de que esto que pienso es así? Y sobre todo: ¿Cómo sería yo sin ese pensamiento? ¿Puedo dejarlo ir? ¿Qué pasaría si lo hiciera? Esta pregunta es importante para desmontar la trampa que encierra el pensamiento negativo que nos permite escondernos o justificar lo que no podemos o no que