EL TIEMPO


El tiempo. El tiempo es todo lo que tenemos. Intangible y a la vez visible en cada gesto, en las arrugas de cada rostro, en el cuerpo que se ablanda, que se curva... ¡Bendita memoria que nos permite viajar a través de los años recuperando lo vivido! Si no fuera por ella, ¿qué sería de nosotros? ¿Qué sería de mí hoy que siento haber vivido lo mejor que había reservado para mí en esta vida? Pero esta nostalgia de lo pasado no es nueva. Como me decía el Dr. Devroede, debe ser una melancolía sistémiva, porque recuerdo con tan sólo cuatro años ya lamentaba no tener la capacidad de congelar los buenos momentos y detenerme en ellos para siempre o al menos a voluntad. Me negaba a aceptar que estos una vez saboreados o no, se desvanecen inexorablemente para siempre. 
El tiempo es como un río que nos arrastra hacia la muerte, hacia lo desconocido, hacia ninguna parte y escribir me consuela. Es mi forma de construir diques para recoger esos instantes de la vida que siento que se me escapa como la arena de la playa entre los dedos. Estoy convencida que mi padre decidió convertirse en fotógrafo con la misma intención: congelar el tiempo e inmortalizar esas muecas irrepetibles, esos gestos que nos caracterizan, esas miradas que a veces no vuelven más. Caras que no nos hemos visto, emociones que hemos experimentado sin darnos cuenta. Escribir y fotografiar son dos formas de dejar una huella de las vivencias que nos han moldeado, de encuadrarlas, ordenarlas e interpretarlas. Él paraba el tiempo con su cámara, yo lo recorto con el lenguaje. Escribo para volver a vibrar con el pasado y para digerir la vida que no he podido masticar adecuadamente tal vez por la prisa, por la inconsciencia, por el exceso de trascendencia de lo sucedido. Escribir me permite sentir que además de sobrepasarnos y esculpirnos a su antojo, la existencia puede reflexionarse y retratarse desde el interior. Escribir es traer al presente lo ya no es. Tengo la fantasía de que así lo que quedó dentro de mí de ese pasado puede volver a vivirse, a tocarse y releerse.

Comentarios

  1. Muy buena reflexión. El tiempo es lo más valioso que tenemos en esta vida, porque el tiempo es nuestra vida. No importa dónde vives, o cómo vives. Lo importante es que aproveches al máximo tu tiempo, lo gestiones y lo disfrutes al máximo posible.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MIRANDO EL MAR, CONTEMPLANDO LA VIDA

SOBONFU SOME UNA DE LAS VOCES MÁS ESCUCHADAS DE LA ESPIRITUALIDAD

LA LOCURA QUE CURA