MIRANDO EL MAR, CONTEMPLANDO LA VIDA
Contemplar el mar es como contemplar la inmensidad de la vida. Al lado del mar mi mente se vacía de pensamientos y puedo dejar de estar presa de mi cabeza. A veces contemplamos el mundo como si éste estuviera empeñado en defraudarnos, le recriminamos una y otra vez el hecho de que no se ajuste a nuestras expectativas, nos creemos el centro de todo y las únicas víctimas del planeta. Una desgracia justifica que nos encerremos a cal y canto en nosotros mismos. “Me acostumbré. Es difícil no creerse superior cuando uno sufre”, escribe Marguerite Yourcenar en Alexis o el Tratado del Inútil Combate . Pero ante el mar me es imposible creerme el ombligo del mundo. Me siento pequeña, percibo claramente que la vida es mucho más de lo que yo puedo entender. Y amo el mar, amo el mundo, estoy más cerca que nunca de amar lo que es. “Todo aquello que sucede en cuanto puedo decirle sí se convierte en una fuerza; en cuanto lo rechazo o lo perdono quedo débil, me pongo por encima y a la vez quedo pequeñ
La soledad puede ser un suplicio o puede ser un delicioso escape.
ResponderEliminarEsto depende de cada uno y del momento.
Pero también depende del ejercicio que se haga de la misma.
Es cierto que el compartir o el ejercicio del "nosotros" es también muy difícil, sobre todo porque cada uno tiene "su camino" y no siempre hay posibilidades de compartir el viaje de la vida.
Pero también es cierto que hay personas con mayor capacidad de escucha y de empatía que otras.
Y algunas, desgraciadamente, sólo quieren o necesitan ser protagonistas y que todo gire a su alrededor. Y al que está a su lado, esta gimnasia le cansa mucho y se aisla.
Pero, claro, este aislamiento puede ser también una forma de fuga.
Un abrazo a todos.
M. D. Muntané
La soledad es necesaria para distanciarse del ruido del mundo, y encontrarse en el propio silencio. Solo desde ahi podemos volver a abrirnos, con generosidad y entrega hacia el nosotros.
ResponderEliminarLo que da valor al vivir no es la materialidad ni la fe, sino la cantidad de amor y compasión que somos capaces de dar, y eso solo es posible desde una individualidad bien labrada y consciente de su pertenencia a un todo.
Mírate en los demás.
ResponderEliminarEntonces, ¿a quién puedes hacer daño?.
Buda
"La gente no tardará en comprender que la tranquilidad interior depende de una mente y un corazón abiertos, de sentir verdadero interés por toda la humanidad como una sola entidad", escribe el Dalai Lama.
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