UN PASEO POR EL CIELO
Esta noche, como otras tantas noches últimamente, no podía conciliar el sueño y me has venido a la cabeza. No es algo nuevo. Me acompañas siempre. Pronto hará un año que te fuiste y muchas partes de mí que tú nutrías y mantenías vivas siguen huérfanas y yermas, pero me sigues susurrando al oído continuamente lo que te viene como cuando estábamos juntas, esté donde esté, en cualquier momento y en cualquier circunstancia. A veces resulta de lo más surrealista, como si tuviera otro yo que me observara des de lejos para darme una nueva perspectiva de mi vivencia. Lo haces con esa ironía que te caracterizaba y esas ganas de encontrarle la punta a todo con esa parte de niña traviesa y gamberra que siempre estaba presente en ti -¿Has visto ese tío? ¡Qué feo! -Silvita, nena, se te está pasando la vida detrás de la pantalla del ordenador y ahí fuera está la preciosa primavera. ¿Esta también te la vas a perder? ¿Te acuerdas de cuando no venías a la playa con Sara y conmigo porque tenías t...
La soledad puede ser un suplicio o puede ser un delicioso escape.
ResponderEliminarEsto depende de cada uno y del momento.
Pero también depende del ejercicio que se haga de la misma.
Es cierto que el compartir o el ejercicio del "nosotros" es también muy difícil, sobre todo porque cada uno tiene "su camino" y no siempre hay posibilidades de compartir el viaje de la vida.
Pero también es cierto que hay personas con mayor capacidad de escucha y de empatía que otras.
Y algunas, desgraciadamente, sólo quieren o necesitan ser protagonistas y que todo gire a su alrededor. Y al que está a su lado, esta gimnasia le cansa mucho y se aisla.
Pero, claro, este aislamiento puede ser también una forma de fuga.
Un abrazo a todos.
M. D. Muntané
La soledad es necesaria para distanciarse del ruido del mundo, y encontrarse en el propio silencio. Solo desde ahi podemos volver a abrirnos, con generosidad y entrega hacia el nosotros.
ResponderEliminarLo que da valor al vivir no es la materialidad ni la fe, sino la cantidad de amor y compasión que somos capaces de dar, y eso solo es posible desde una individualidad bien labrada y consciente de su pertenencia a un todo.
Mírate en los demás.
ResponderEliminarEntonces, ¿a quién puedes hacer daño?.
Buda
"La gente no tardará en comprender que la tranquilidad interior depende de una mente y un corazón abiertos, de sentir verdadero interés por toda la humanidad como una sola entidad", escribe el Dalai Lama.
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